Estaba en el coche, disfrutando del lento tráfico de la ciudad y de repente, recibí un golpe muy fuerte por detrás del vehículo. En ese instante siento que mi cuello hace un movimiento muy brusco hacia atrás y hacia delante. En ese momento solo sentí que estaba en una especie de nube, dando gracias por estar viva.
Al principio no noté nada, me encontraba bien. Me llevaron a urgencias donde me comunicaron oficialmente que padecía un latigazo cervical de nivel II.
Mi sorpresa fue que entré en el hospital convencida de no tener nada y salí de allí con un collarín y una receta de analgésicos y antiinflamatorios.
Al día siguiente me sentía magullada por todas partes, especialmente en cuello, hombros, tórax y columna.
Me puse en contacto con mi traumatólogo: mínimo 3 meses de recuperación, reposo y mucha paciencia.
Una vez superado este periodo quedan unas secuelas a las que no se suele dar importancia, se supone que ya estás curada. Según pude constatar con otras personas que sufrieron los mismos daños, nadie ve la trascendencia que tiene esta lesión. Si te sigues quejando, te acaban diciendo que tus molestias son de origen sicosomático.
Al dedicarme a las terapias soy más consciente de mi propio cuerpo y siento en él las consecuencias secundarias del accidente: pesadez y dolor de cabeza, dolor al mover el cuello, molestias y hormigueo en la zona posterior del cráneo, hombros y mandíbula. Sensación de pérdida de visión. Repercusión en zona lumbar y caderas. Mareos y ansiedad.
He tenido suerte. Aconsejada por el traumatólogo, me he puesto en manos de una terapeuta con muchos años de experiencia. Me practicó sobre todo Terapia Craneosacral, que me ayudó mucho a superar todos los trastornos residuales.
Digo que tengo mucha suerte porque esta terapeuta es mi madre.
No solo en el caso del latigazo cervical si no también en otras lesiones que requieren un tiempo de rehabilitación, los resultados combinados de la medicina convencional y las terapias naturales son muy positivos, reduciéndose los plazos de recuperación y minimizando las secuelas que suelen quedar a largo plazo.
Zoraida Linares Mulero